Los peces marinos de aguas frías son los más ricos en Omega-3 debido al consumo de muchas plantas marinas, especialmente algas unicelulares del fitoplancton, que contienen ácido graso Omega-3 en su forma más simple.

El omega-3 es una grasa beneficiosa con propiedades antiinflamatorias . Esta sustancia ayuda a prevenir el daño celular que puede desencadenar el desarrollo de cáncer.

Además, juega un papel crucial en la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos, que contribuyen a la formación de placas grasas en las arterias. Esta acción promueve la salud arterial, previniendo afecciones como infartos, arritmias, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares .

El consumo de alimentos ricos en Omega-3 también puede ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre y mejorar la resistencia a la insulina , lo cual es especialmente relevante en el tratamiento de la diabetes tipo 2. Además, aumentar la ingesta de omega-3 puede proteger las células cerebrales y garantizar un funcionamiento cerebral adecuado. Dado que el 60% del cerebro humano está compuesto de grasas, incluido el Omega-3, su deficiencia puede provocar una reducción de la capacidad cognitiva y de memoria.

En relación con la piel, el Omega-3 es un componente esencial de las células, manteniendo la salud de la membrana celular y promoviendo una piel suave, hidratada y sin arrugas . Además, su efecto antioxidante protege la piel del daño solar , que puede provocar cáncer de piel y envejecimiento prematuro.

El consumo de alimentos ricos en Omega-3 ofrece una variedad de otros beneficios, que incluyen combatir el asma, fortalecer el sistema inmunológico, prevenir la enfermedad de Alzheimer, controlar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y mantener la salud ocular.

Recomendamos conservas de pescado ricas en Omega-3, como Sardinas , Salmón , Atún , Lubina y Filetes de Caballa .